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"Es mi reforma, la he querido por convicción. Y las cosas avanzan bien", declaró Joseph Blatter tras una reunión del comité ejecutivo. Después de su reelección, en junio de 2011, en momentos en los que la FIFA estaba implicada en escándalos de todo tipo, el suizo lanzó una vasta política de transparencia.
"No están tan mal nuestros estatutos. No hay gran cosa que cambiar en nuestros estatutos. Si no, no seríamos la institución que somos en el mundo", reiteró Blatter, que se mostró favorable a un límite del número de mandatos del presidente, pero no a imponer un límite de edad.
"No somos perfectos, pero no somos una organización corrupta o mafiosa. Somos la institución que protege el fútbol en un mundo perturbado al que se puede aportar emoción y esperanza", dijo.
"Nuestra institución, que ha sido duramente criticada, quiere restablecer su credibilidad a los ojos del resto del mundo", insistió. "Estamos en una buena dinámica y estoy seguro de que lo lograremos", concluyó.
(AFP)
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